Rosh Hassanah: Holodomor
Almudena Tapia
19 febrero – 7 marzo, 2016
El Rosh Hashaná o Año Nuevo judío celebra la creación del ser humano por Yahveh y es la metáfora inconfundible de la nueva humanidad. Como arquetipo, nos habla de morfogénesis, de cómo los organismos desarrollan su forma y de cómo ésta puede transmitirse y propagarse a través de ideas, hábitos y sentimientos entre individuos de la misma especie situados a miles de kilómetros y décadas de distancia. Walter Benjamin se refirió en su obra al rastro de la memoria y Jankelevitch dejó escrito: “Aquél que ha sido no puede más en adelante no haber sido. En lo sucesivo ese hecho misterioso y profundamente oscuro de haber vivido es su viático para la eternidad”. En el proceso creativo, algo impacta en el alma, un hecho, una palabra, una visión. Es la irrupción de lo misterioso, de lo sagrado. Se sabe con certeza: es aquello que es más grande que uno. Es un lugar, un espacio, en el que uno crece a partir de su insignificancia, se vuelve más libre, más consciente. Al generar acción, uno deja de ser solamente sí mismo y empieza a sentirse guiado, a transcender… ¿Y si aprovechásemos la fuerza y la belleza de esa experiencia y las trasladásemos a un lugar geográfico? ¿Y si tomáramos esos instantes de no-tiempo y los desplazáramos por la historia hasta depositarlos allá donde pueden iluminar
El Holodomor. En el siglo XX se pudieron ver hechos que hicieron que el presente se configure de una forma dramática para algunos pueblos y naciones. La figura del GENOCIDIO se convirtió en memoria dolorosa en ese mismo periodo…, ya nada será como antes. El ser humano cambió con la 1ª y 2ª Guerra Mundial…, ahora es más fácil el terror. Entre los años 1930 y 1933 Ucrania entera padeció el llamado Holodomor (Muerte por hambruna). Stalin decretó la muerte sistemática de millones de personas por medio de cerrar fronteras y leyes en donde el alimento era confiscado. El dolor permanece aún entre sus gentes, en muchos casos sin ser conscientes de su procedencia. El arte y sobre todo, ese momento de “trance creativo” que es aproximarse a la realización de un cuadro, dibujo o escultura, en mi opinión, puede tener la particularidad de modificar las formas de pensamiento, no solo del creador, sino del modelo inspirador de la misma obra. Siendo así me centro en momentos de la historia del siglo pasado en cierta manera olvidados por parte de la memoria colectiva, y sacarlos en forma de pinturas y dibujos sin emitir juicio sobre ellos; más en la solución que en el problema, con conceptos que de alguna forma pudieran ayudar a superar los límites que el dolor de las víctimas lastran en la propia memoria de su pueblo.
Almudena Tapia Porras, artista nacida en septiembre de 1960. Desde el 2009 asiste a clases de Creatividad de Jaime Buhigas en donde desarrolla su actual trabajo. Combina esta faceta con su ocupación laboral como enfermera en una Centro de Salud en Collado Villalba.